Rosa de Mayo




El almanaque nos recuerda, un 10 de mayo más, que hoy hace 23 años que partiste hacia ese cielo al que aspirabas y que tan ganado tenías. Fíjate que hablo de almanaque y no de calendario, porque tú eras muy tuya utilizando el lenguaje, descubriéndonos palabras y refranes que contribuían a abrirnos más la mente y a poderte entender mejor.

Mi abuela querida, eterna rosa de mayo, superviviente en medio de un jardín de espinos. Siempre dulce, aunque en tus últimos años, tu rostro se agriase por el continuo dolor y por la resignación de no poder comer lo que te apetecía. Tú, que pasaste tanta hambre de joven por culpa de la guerra y lo que vino después, te lamentabas de tener una nevera llena de todo y no poder comer de nada, por culpa de la tensión arterial, del azúcar, del colesterol y de todos los achaques que la edad te tenía reservados. A veces, la vida parece que nos tenga manía y que insista en mantenerse aferrada a nosotros para impedir que nos escapemos del infierno. ¿Tiene sentido seguir vivos cuando ya no nos sentimos dueños de nosotros mismos ni de nuestras decisiones y nos obligan a cumplir diariamente un ritual de dolor, pastillas, pinchazos y prohibiciones? Yo siempre he creído que no y sé que tú eras de mi misma opinión. Tú siempre preferiste la calidad a la cantidad, lo profundo a lo superfluo, las cosas claras y el chocolate espeso.

Menuda fuiste…

Lo primero que recuerdo de ti durante mi infancia es que siempre me explicaron que te debía la vida, porque al nacer me dieron por muerta y tú insististe en que me movía hasta conseguir que me reanimasen. Nací horas más tarde de lo que debí haberlo hecho y no respiraba. Con tu coraje obraste el milagro y hoy sigo aquí, a la misma edad que tenías tú cuando yo nací. A diferencia de ti, que pariste doce hijos, yo no he tenido ninguno y tampoco seré nunca la abuela de nadie. Pero me basta con haber tenido el privilegio de ser una de tus nietas. Me enseñaste tantas cosas buenas… y me contaste tantas historias de buenos y malos que me marcaron para siempre… que creo que eres una de las principales responsables de que yo hoy sea quien soy y no otra persona. Para bien o para mal, somos lo que aprendemos de las personas que más nos importan. Tú nunca dejarás de importarme ni de darle sentido a mi vida.

TE QUIERO.

Estrella Pisa
10 de Mayo de 2019

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