De Ausencia y Silencio
Un día de Santa Bárbara como el de ayer, pero
de 1963, tu alma se empeñó en abandonarte después de haber compartido contigo
la edad de 58 años. A esa edad se puede ser demasiado joven para morir o
demasiado mayor para seguir luchando.
Todo depende de la vida que haya llevado cada uno y de los motivos para tener
esperanza que siga conservando. Me consta que la tuya fue una vida muy dura, en
la que cobraron un importante protagonismo elementos como la miseria, el
exilio, la guerra, la cárcel y el trabajo duro.
Siempre lamenté no haber nacido mucho antes
para haber podido conocerte y disfrutarte, aunque mi padre se ocupó de que
aprendiese a hacerte un hueco importante en mi vida. Siempre me contó tus
bondades, pero se empeñó en ocultarme tus sombras. Quizá porque ni siquiera él
mismo tuvo ocasión de descubrirlas. Porque en el tiempo de silencio impuesto en
el que mi padre creció, expresar las propias opiniones y relatar las historias
alejándose de la versión oficial podía ser motivo de represión, de privación de
libertad o incluso de la pena capital.
Tuve que aprender a conformarme con cuatro
anécdotas de lo más inocentes para reconstruirte en mi memoria. La memoria de
un abuelo ausente y silenciado por la memoria de los que le conocieron y
decidieron no contar lo que de él sabían.
De niña y de adolescente sentía que mi raíz
estaba incompleta, porque había una parte que estaba ahí pero sin acabar de
estar. Porque no sabía quién fuiste, aunque me constaba que todas las personas
que había conocido y me habían referido que te conocieron, te quisieron mucho y
tú las quisiste del mismo modo a ellas.
Llegué a tu vida demasiado tarde, o quizá tú
te fuiste demasiado pronto. La cuestión es que a mi padre le bastaron unos
pocos recuerdos tuyos para enseñarme a quererte y hoy los guardo junto a los
suyos para seguir queriéndoos a los dos. Esos recuerdos me sirven para rellenar
esa parte de mi raíz que en otro tiempo acusó tu ausencia y que hoy me provee
de la energía suficiente como para mantenerme viva y manteneros vivos a
vosotros dos.
Estrella Pisa
5 Diciembre 2017
Preciosos recuerdos que guardas en tu memòria
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