Perdernos para encontrarnos

Imagen encontrada en Pixabay Begoña y María llevaban un tiempo compartiendo piso en el centro de una ciudad muy ruidosa. Las dos se habían separado de sus respectivas parejas y se habían conocido al responder ambas al anuncio que había puesto el propietario del piso para alquilarlo. El piso les encantó por su luminosidad y la amplitud de sus estancias, pero ninguna podía asumir el precio. Entonces fue cuando a Begoña se le ocurrió la idea de compartirlo y le propuso a María que, con lo que se ahorrarían, podrían pagarse unas vacaciones. María aceptó su oferta y empezaron a vivir juntas. La convivencia entre ellas era buena, pese a lo diferentes que eran en casi todo. Begoña era hiperactiva y siempre buscaba nuevas formas de ocupar su tiempo, mientras que María era más pausada y acababa cayendo siempre en las mismas rutinas. - ¿Has pensado ya dónde vamos a ir de vacaciones?- le preguntó Begoña, a finales de junio. - Sí, y justamente ayer pasé por una agencia de viajes para info...