Todo tiene un precio
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Sus ojos distraídos se posaron sobre un objeto que brillaba tras el cristal del aparador de una tienda de antigüedades. Atraído por la curiosidad que le despertó, Daniel entró en la tienda y adquirió un tintero de oro. Tenía grabada una inscripción: "Pídeme un deseo y lo verás por escrito". No lo dudó y pidió hacerse rico.
Cuando llegó a su casa, su portátil estaba encendido y en la pantalla encontró un documento abierto con trescientas páginas escritas. Componían la mejor novela que había leído jamás.
Nunca quiso ser escritor, pero enseguida intuyó cómo sacarle partido a aquel tintero mágico: Vendería aquellas obras a escritores que hubiesen perdido la inspiración. No tardó en encontrarlos ni en embolsarse buenas sumas de dinero gracias a ellos.
Pasado un tiempo, recibió un mensaje de una tal Oro Retnit. Nunca había oído hablar de ella, pero la suma que le ofreció por una novela era escandalosamente elevada. Aquella extraña mujer le dio la opción de olvidarse de la novela y venderle el tintero de oro por la mitad de aquella cantidad, pero Daniel no estaba dispuesto a renunciar a la mitad del dinero ni a desprenderse del tintero que le estaba haciendo rico.
Aceptó el reto y la noche del encuentro con ella para entregarle el manuscrito y recibir su dinero, esperaba recibir también el premio de la carne, pero lo que recibió de ella fue una invitación a que leyese la letra pequeña de su tintero, mientras ella le apuñalaba por la espalda.
Estrella Pisa
Microrrelato de 250 palabras para el primer reto de la temporada de El tintero de Oro en colaboración con Acervo de letras: Microrreto Fusión Vadereto & El Tintero de Oro - La inspiración.
¡Hola, Estrella! Gracias por participar en el reto. Es muy original la idea de que el protagonista se convierta en una especie de "escritor fantasma" o "ghostwritter" para sacarle el dinero a escritores faltos de inspiración gracias al tintero mágico. Aunque al final tuvo que pagar el precio de la ambición.
ResponderEliminarGracias por participar en el reto. Un abrazo.
Muchas gracias, M.A. Álvarez,
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Muy buen relato.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ánxela.
EliminarUn fuerte abrazo.
Cara pagó su ambición, me gustó la temática que elegiste y la forma de contar tu historia, buen micro, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Muchas gracias, Patricia.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Desde luego que pagó muy cara su ambición.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella, muy buen micro, diferente, esta vez él solo pretende hacerse rico pero no con sus propios escritos, ni siquiera esto había intentado, sino que quiere serlo vendiendo las novelas que el tintero le escribe, su egoísmo y avaricia iba mucho más allá... Por supuesto, final trágico. ¿Qué suerte correría después su asesina? Porque el tintero no se anda con tonterías.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola, Merche.
EliminarMuchas gracias por tan generoso comentario. Aunque a veces queramos no creerlo, en el mundo de la literatura hay muchos falsos literatos que sólo buscan hacer negocio con las letras. Mi protagonista es un caso muy extremo, pero creo que, si he podido imaginarlo, es porque existe y, seguramente, supera la ficción. Te preguntas qué suerte correría su asesina... Si te fijas en su nombre al revés, tendrás una idea de por dónde pueden ir los tiros.
Un fuerte abrazo.
Ostras, qué traidora, apuñalarlo por la espalda. Si es que no se puede ser egoísta, por algo dicen que el dinero no da la felicidad. Buen aporte. Un abrazo
ResponderEliminarHola Núria,
EliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo.
Le apuñaló por la espalda, sí, pero antes le dio la oportunidad de elegir venderle el tintero por la mitad de la suma que le ofrecía por una novela con la que ella no habría hecho nada. Le dio la oportunidad de desembarazarse de la letra pequeña del tintero, una vez ya se había convertido en un hombre rico, pero a él le perdió la codicia y ella se lo hizo pagar cobrándose su vida.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella.
ResponderEliminarDos grandísimos giros para cambiar la inercia del reto.
Por un lado, el protagonista no usa la magia tintera para sus propios escritos, sino para sacar dinero como "negro" de otros autores. Es la forma que usan muchos escritores de poco o nulo renombre, haciéndole el trabajo a famosetes.
Por otro lado, aquí el tintero tiene mercenarios que actúan bajo sus órdenes y, dado su nombre invertido, Oro Retnit, estaba claro que lo atacaría por la espalda. ;)
Muy bien jugado y trabajado para darle otra visión a nuestro tintero maldito.
Enhorabuena y muchas gracias por la aportación.
Un Abrazo.
Muchas gracias por tan estupendo comentario, José Ant.
EliminarMe alegra que te haya gustado y que hayas desenmascarado a Oro Retnit.
Nos vamos leyendo.
Un fuerte abrazo.
Hola Estrella! Que curioso que en este caso el escritor no quiere ser famoso por sus obras, solo quiere sacar partido de ello! Es ambicioso pero no vanidoso! Ja, ja! Un abrazote!
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo, Marifelita.
EliminarMe ha encantado cómo lo describes: ambicioso, pero no vanidoso. Muy acertado.
Un fuerte abrazo.
Tener algo codiciado por otros puede ser algo peligroso.
ResponderEliminarY tal vez vender lo escrito a otros escritores, en lugar de publicarlos con su nombre, no haya sido la mejor idea. Pero cayó en una tentación ancestral y también actual, creyendo que sería complacida.
Muy bien contado.
Un abrazo.
Muchas gracias, Demiurgo. Por leerlo y por comentarlo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Estrella, qué buen relato. Le has dado un giro diferente que me ha sorprendido: el de vender los escritos con la codicia de hacerse rico. Me ha mantenido en vilo hasta el final. El tintero de oro invertido se cobra su precio. ¡Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, María Pilar.
EliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo.
Los intermediarios siempre acaban siendo los que se llevan la mejor parte de cualquier negocio. El de las letras no iba a ser diferente. Pero siempre hay que leer muy bien cualquier contrato, pues su letra pequeña puede acabar arruinándote la vida.
Un fuerte abrazo.
Tremendo ese final, Estrella. No hay éxito fácil...
ResponderEliminarDesde luego que no hay éxito fácil, Marta. Pero a este hombre le llovió del cielo y ni así supo conformarse. Le perdió su avaricia.
EliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo.
Un fuerte abrazo.
Wow, ser tan "lista" a veces sale muy caro. Me ha encantado. Aplausos y abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Amaia.
EliminarEstá muy ser listos, pero pasarse de listos siempre conlleva riesgos.
Un fuerte abrazo.
¡Hola Estrella! Muy interesante el que no sea un escritor quien encuentra el tintero sino otra persona que cree poder sacarle beneficios vendiendo las obras que de él salen. El tintero, sin embargo, ha acabado por cobrarse su precio igualmente.
ResponderEliminarMuy buena aportación.
Un saludo.
Muchas gracias, Rocío.
EliminarEn cualquier negocio no todos los que llegan a la cumbre del éxito son quienes más lo merecen, sino aquellos que mejor saben venderse; pero a veces hay que saber ponerse límites, sobre todo cuando tenemos los precipicios tan cerca como los tenía este personaje.
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Estrella! Todo un oportunista y además no conformándose con la novela que nunca escribió, va y vende musas, es la pera. Un abrazote
ResponderEliminarSí que es la pera, Emerencia. Es el típico personaje capaz de vender a su propia madre por continuar añadiéndole ceros a su cuenta corriente. Y es también de los que van por la vida sin frenos y sin un ápice de humildad, por lo que cualquiera habría podido perpetrar su asesinato. Sin duda, muchos y muchas se la tendrían jurada.
EliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo.
Un fuerte abrazo.
No sé si la palabra «pnecio» que pone en tu título es un error o una intencionada e ingeniosa forma de ponerle precio a un necio. Sea como fuere, la avaricia rompe el saco y quien quiere dinero, tintero y carne, al final se queda con una puñalada trapera. Buen relato.
ResponderEliminarNo me había fijado en que en el tipo de letra del título las r parecen n. Me encanta eso que escribes de "ponerle precio a un necio".
EliminarMe alegra de que el micro te haya gustado. Está claro que no se puede tener todo y, menos aún, gastando las malas artes que se gasta el personaje. Esa puñalada trapera se la podría haber dado cualquiera, porque seguro que tenía muy hartos a más de cuatro.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo.
Un fuerte abrazo.
Cuando hay dinero de por medio, hay que cubrirse las espaldas. Nunca mejor dicho. Es bueno.
ResponderEliminarSin duda, M. Cristina,
EliminarPero el que parecía tan listo para sacarle el dinero a los demás, se volvía muy tonto ante una mujer imponente. Se confió y quiso sacarle incluso más de lo que ella le ofrecía y entonces se encontró con lo que no se esperaba.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo.
Un fuerte abrazo.
Muy bueno, vas encajando todos los requisitos del reto en un relato con elementos nuevos a todos los que hemos leído y también con un final sutil pero contundente. Excelente. Saluldos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana,
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Hola Estrella un relato muy interesante hasta el final. La codicia le pudo y se llevo una puñalada trapera, Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainhoa,
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Estrella! El tipo tuvo la oportunidad de retirarse a tiempo, pero como los malos jugadores de póker le pudo la codicia y prefirió seguir jugando hasta perderlo todo. Y es que eso de retirarse a tiempo es un arte cuando te metes en negocios cuestionables o te aprovechas demasiado de circunstancias azarosas. En el mundo editorial actual podríamos pensar en "autores" cuya obra se base en escritores fantasma o, en el futuro, en IAs. Como dice el refrán Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, David.
EliminarPor desgracia, personajes como Daniel los podemos encontrar a la vuelta de cualquier esquina. Siempre al acecho, esperando cazar al vuelo cualquier oportunidad de vivir sin darle un palo al agua, a costa del trabajo de los demás. Y, lejos de retirarse a tiempo, corren sin frenos y se lanzan sin paracaídas porque se creen invencibles y así se encuentran a menudo con lo que no se esperan. Y se les rompe el cántaro y se les derrama la vida.
Un fuerte abrazo.
Hola Estrella. Fue avaricioso en exceso y de tanto quererlo todo, acabó perdiendo hasta la vida. Debió haber leído la letra pequeña mucho antes y actuar en consecuencia. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jorge,
EliminarDesde luego que debió leerse mucho antes la letra pequeña, pero él vio una oportunidad de oro de vivir como un rey sin trabajar y se lanzó a por ella sin darse cuenta del embrollo en el que se metía.
Un fuerte abrazo.
Utilizar el tintero para que le haga el trabajo y su avaricia posterior, le ha costado la vida. Me ha gustado! Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mayte.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Hola Estrella, la ambición le llevó hasta ese trágico final , eso le pasó por no leer la letra pequeña ...
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
La ambición y la precipitación, cuando van juntas, pueden acabar arrojándonos por un precipicio.
EliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo.
Un fuerte abrazo.
Definitivamente, ¡Hay que leer la letra pequeña! Y además, saber retirarse a tiempo. No en vano la avaricia es un pecado capital. Besos, Estrella.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo, Myriam.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me gusta el enfoque que le has dado a la historia, Estrella. Por una parte, los escritores que están dispuestos a pagar a quien les haga el trabajo mientras ellos firman la obra y se llevan la fama, y por el otro, el original final del relato.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Carmen.
EliminarMe alegra que te haya gustado el enfoque. Nunca he podido soportar a quienes firman trabajos que no han hecho ni tampoco a quienes se prestan a vender su autoría por dinero.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella. Lo cierto es que, salvo los consagrados y estrellas mediáticas, pocos escritores pueden hacerse ricos, y como "negro" mucho menos. Me gusta la imaginación y el giro de tuerca de tu cuento.
ResponderEliminarUn saludo, compañera.
Muchas gracias, Tara.
EliminarAl margen de lo que los beneficios económicos que se puedan obtener de la literatura, lo más gratificante es la fase de creación. Imaginar los escenarios, dibujar la personalidad de cada personaje, idear las tramas en las que confluyen y dejarnos llevar por la propia historia hasta poner el punto final. Una vez concluida, la obra en sí ya no le pertenece a quien la haya escrito, sino a quienes la lean. Pretender ganar dinero o hacerse rico renunciando a todo eso que se siente mientras se está creando una historia, es como prostituir a la literatura.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella. Este es el claro ejemplo de que la avaricia rompe el saco, y más con un ser tan acaparador. Mira que no querer la fama antes que el dinero, jajaja, con la de libros que vendería. Muy buen relato, Estrella, atrapa desde el principio.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, Pepe.
EliminarMe halaga que te haya atrapado. Ser famoso implica aguantar los ojos de todos los que te admiran o detestan puestos continuamente en lo que haces o dejas de hacer. Y eso sería demasiado esfuerzo para nuestro protagonista. Mejor que pasen por eso otros que, encima, le paguen por haberles conseguido esa fama.
Un fuerte abrazo.
Así que Oro Retnit, je, je. ¿Acaso es un anagrama? Sea como sea, ese tinterio se cobró muy caro el éxito de su poseedor. Un tintero de oro y sangriento. Vaya faena.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, Josep Mª.
EliminarEn este caso, el tintero intentó darle la oportunidad de redimirse, ofreciéndole la mitad del precio que pedía por el manuscrito a cambio de desprenderse del tintero, pero su avaricia le buscó la ruina.
Un fuerte abrazo.
Un final completamente inesperado... Un comienzo diferente, con otra perspectiva de lo que puede ofrecer nuestro Tintero... Ofrecerle historias ya hechas... Nada menos...
ResponderEliminarPerfectamente trazado todo el cuento. Muy buen trabajo!
Un fuerte abrazo
Muchas gracias, Volarela.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Gran aporte Estrella, un giro diferente al resto de historias con un final muy bueno, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Lulita.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella. El final perfecto para tu buen micro y quien ambiciona más de lo que debe. Yo siempre digo que más vale la mitad (o incluso un poco) de algo que el todo de nada.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, JM Vanjav.
EliminarMe ha encantado eso de "más vale la mitad de algo que todo de nada".
Un fuerte abrazo.
Qué curioso tu relato, Estrella.
ResponderEliminarEn lugar de querer recibir la gloria de publicar las novelas que le proporciona el tintero, el protagonista de conforma con hacer fortuna trabajando de "negro". Eso sí, el destino trágico es el precio que hubo de pagar.
Cada vez te prodigas más en tu faceta de creadora de relatos, adaptándote a distintas propuestas. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo :-)
Muchas gracias, Miguel.
EliminarLa verdad es que estos retos me están viniendo muy bien para marcarme unas rutinas de escritura en las que me estoy sintiendo cada vez más a gusto.
Y también me han permitido descubrir a autores estupendos que me sorprenden con cada nuevo reto. Es un lujo compartir relatos con ellos.
Un fuerte abrazo.