El carro de Marina
A Marina le tocó empujar un carro al que siempre le faltó una rueda. Su madre murió muy joven y ella tuvo que hacerse cargo de su padre y de sus hermanos pequeños, siendo casi tan niña como ellos. Sacó coraje de donde no sabía que lo guardaba y logró sacar adelante a su familia, formando tiempo después la suya propia al lado de Manuel. Emigraron todos a Cataluña y Manuel encontró trabajo en una mina de carbón, en la que perdería la vida poco después. Marina tenía tres hijos pequeños que, unidos a sus hermanos y a su padre, suponían una responsabilidad descomunal sobre los hombros de un cuerpo tan pequeño como el suyo. Lejos de derrumbarse, se dejó los ojos cosiendo a todas horas para llegar a todo. Años después llegaron nietos y bisnietos, y la vida le asestó una puñalada por la espalda al arrancarle a su hijo mayor por un maldito cáncer. Pero siguió adelante, subiendo y bajando cada día los cinco pisos que separaban su vivienda de la calle, hasta que los vecinos decidieron pone...