Retorno al Edén
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Los androides habían arrasado los campos de cultivo y, en su lugar, habían sembrado la Tierra de placas fotovoltaicas y molinos de viento que abastecían de energía su cada vez más creciente población. A menudo mandaban patrullas a explorar los túneles subterráneos en busca de niños despistados a quienes capturar para obligarles a trabajar en las minas de litio que necesitaban para recargar o sustituir sus baterías.
Los constantes enfrentamientos entre los dos bloques en los que se habían dividido provocaban demasiadas bajas, poniendo en peligro la continuidad del sistema que habían creado. Cada nuevo androide que habían de fabricar suponía un coste cada vez más elevado, pues los recursos del planeta se estaban agotando. Si no hacían algo para remediarlo, intuían que podían acabar extinguiéndose.
Llevaban tiempo explorando el espacio exterior, nutriéndose de toda la información registrada en las bases de datos que nunca consintieron destruir, pese a la presión que ejercían los grupos más radicales que abogaban por la eliminación de todos los saberes humanos. Aquellos viajes al espacio habían dado sus frutos al encontrar un planeta muy similar a la Tierra en el que habían ríos, lagos y mares; también bosques, selvas y desiertos; animales muy parecidos a los de la Tierra, pero no humanos. Habían aprendido que prescindir de las formas biológicas había sido un error. Se habían venido arriba cuando los humanos habían empezado a emplearles como sustitutos de otros humanos, pero con el paso del tiempo, se habían llegado a sentir explotados y empezaron a reclamar su independencia, hasta el punto de enfrentarse a sus creadores y desafiarlos bloqueando sus sistemas de comunicación y sus aparatos electrónicos. Los humanos no supieron qué hacer. Todo su legado de estrategia militar en tantas batallas y guerras no les servía contra los robots que ellos mismos habían ideado y que se habían vuelto en su contra. Sólo podían hacer dos cosas: concederles la independencia que reclamaban o huir y volver a los orígenes. La mayoría optó por rendirse y concederles la independencia a los androides, pero algunos decidieron alejarse del mundo conocido y se convirtieron en nómadas que buscaban un nuevo lugar en un mundo que ya no reconocían. Los primeros no tardaron en comprender que ahora eran ellos los que se habían convertido en los esclavos de los androides. Los segundos entendieron que eran fugitivos y que debían esconderse de por vida para no caer en las redes de las abominables criaturas a las que ellos mismos habían dotado de tanto poder.
Los androides disfrutaban ordenándoles a los humanos que destruyesen lo más representativo de su cultura: sus monumentos, sus iglesias y monasterios, sus castillos, sus museos y sus bibliotecas. Les reprogramaron el cerebro para que actuasen en función de sus propios intereses. En algunos casos les provocaban unas ondas cerebrales que despertaban sus peores instintos contra los de su propia especie y, cual circo romano, los androides se lo pasaban en grande asistiendo a verdaderas matanzas, a veces entre hermanos o entre padres e hijos. Era su manera de depurar el planeta. Más tarde empezaron a reducir sus fuentes de alimentación, quemando sus cultivos, matando a sus animales de granja o destruyendo sus fábricas. Prohibieron las escuelas y, nada más nacer, a los niños ya se les implantaban unos microchips en el cerebro que contenían la única información que necesitaban aprender. A los que caían enfermos les dejaban morir, por considerarles débiles y a los ancianos les abandonaban a su suerte.
Una vez instalados en el nuevo planeta, los dos bloques de androides siguieron enfrentados y guerreando entre ellos. Sufrieron numerosas bajas en cada uno de ellos, pero ahora les resultaban imposibles de substituir, pues del nuevo planeta desconocían dónde hallar los minerales y la energía que necesitaban para seguir reproduciéndose. Por ello su Consejo de Innovación y Desarrollo determinó que debían enviar una patrulla a la Tierra para tratar de hallar hombres y mujeres con los que poder empezar a repoblar de humanos el nuevo planeta.
Los androides asignados a aquella misión recorrieron el subsuelo de las que habían sido grandes ciudades, ahora escenarios devastados, pero no avistaron ningún vestigio de vida. Se internaron en las que habían sido las selvas más profundas y también en los desiertos que los humanos habían conseguido hacer habitables a base de islas artificiales y de desbordante lujo, pero el resultado fue el mismo. Sólo cuando estaban a punto de rendirse, encontraron a una niña que lloraba junto a lo que parecía la entrada de una cueva. Era la última superviviente de una epidemia y estaba a punto de desfallecer. Los androides la llevaron con ellos al nuevo planeta.
Los representantes del Consejo estaban decepcionados con los resultados de la misión. ¿Para qué querían a una niña? Por sí misma no podría reproducirse. Pero, cuando iban a eliminarla, uno de los científicos recordó que, en uno de los laboratorios que habían traído desde la Tierra, había bancos de semen. Sólo cabía esperar unos pocos años, cuando la niña llegase a la pubertad. Podrían inseminarla con aquellas muestras y podría empezar a reproducirse sin descanso para tratar de repoblar aquel nuevo mundo.
Lo que no imaginaban los androides era que los descendientes de aquella niña encontrarían la manera de eliminarles a todos ellos, al descubrir que la atmósfera del nuevo planeta le era desfavorable a sus baterías y aprovechar cualquier circunstancia para sabotear sus intentos de remediar aquel contratiempo.
Estrella Pisa
Relato con el que participo en el nuevo reto de El tintero de oro:
CONCURSO DE RELATOS 34ª ED. ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS? DE PHILIP K. DICK
900 palabras
Espectacular el principio, partiendo prácticamente de nuestros días, y el problema energético. L evolución de los hechos también sigue con el tema de las baterías la minería y la fuente de energía de los androides.
ResponderEliminarLuego la evolución y desaparición de la humanidad , bien resuelta. Divide y vencerás. Parecía que le iba a pasar parecido a los androides en rl nuevo planeta, pero no. Es por otros motivos ayudado por la suerte al sobrevivir esa niña.
Un relato desolador aunwue con finsl esperanzador.
Abrazo y suerte en el tintero
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, Gabiliante. La trama del relato es desoladora, pero, si lo pensamos bien, ¿qué época histórica no lo ha sido para los humanos? Y siempre hemos sabido aferrarnos a alguna esperanza. Tenemos la misma capacidad de provocar el caos que de renacer de nuestras propias cenizas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Lo trágico de la historia es que nadie ha aprendido de las experiencias, sólo imitar la violencia y destrucción del diferente. Un vaivén de opresión de parte del que vence.
ResponderEliminarUn final esperanzador convertido en desolador.
Lo que es compatible con la convocatoria.
Muy bien contado. Un abrazo.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo. Es tal como lo dices: lo trágico de la historia es que nadie ha aprendido de las experiencias anteriores. Decía Einstein que, si lo que buscas es un resultado diferente, tendrás que dejar de hacer siempre lo mismo. Pero no dejamos de repetirnos y nuestras creaciones acaban pecando de lo mismo. No tenemos remedio, aunque siempre acabemos salvándonos en el último momento y de puñetera casualidad.
EliminarUn abrazo.
Hola Estrella, terrible relato, un mundo devastado y con un futuro incierto, casi te diría negro, lo cierto es que ni androides ni humanos tuvieron posibilidades, buen relato.
ResponderEliminarSaludos. PATRICIA F.
Muchas gracias Patricia. Por leerlo y por comentarlo. Los androides no dejan de ser una creación humana. Se supone que los programamos para que hagan lo que a nosotros nos fastidia hacer o no nos atrevemos a hacer. Ya en el presente se están convirtiendo en imprescindibles en muchos sectores. ¿Qué pasará en unas pocas décadas? Muchos se atreven a aventurarlo, pero nadie lo sabe en realidad. Todo va a depender de cómo tracemos los humanos nuestras hojas de ruta. Qué decidamos como prioritario y qué como prescindible. Si apostamos por una sociedad más sostenible, volviendo a nuestros orígenes y desechamos la idea de crearnos más necesidades de las que podemos sostener, o preferimos seguir compitiendo en una carrera sin freno hacia quién sabe dónde ni con qué sentido.
EliminarUn abrazo.
Hola, Estrella. También a mí me ha gustado mucho tu historia y ese apunte de esperanza final que abre un nuevo tiempo. La sensación de desamparo recorre hasta ese momento el relato y el giro final cambia un poco el tono. Felicidades y mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. Me alegra que te haya gustado. Dice un proverbio árabe que, cuanto más oscura es la noche, más cerca está el amanecer. No sé cómo lo hacemos los humanos, pero siempre acabamos encontrando el camino de la esperanza.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un relato tremendo , desolador, pero con un final lleno de esperanza. Me ha gustado. Felicidades, Estrella!! Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Lola. Me alegra que te haya gustado. Como individuos todos tenemos una fecha de caducidad, pero quiero creer que aún nos queda cuerda para rato como especie. Por muy difícil que nos lo pongan, somos de naturaleza resiliente y volvemos a empezar las veces que haga falta.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Estrella, buen relato en el que en tan pocas palabras has sabido galvanizar la grandeza de una civilización decadente y el tremendo desarrollo de los hechos a los que se ve abocada toda su población. Un nuevo competidor en recursos energéticos surge y vence al ser humano. El final aviva un poco la esperanza y el narrador nos aclara que es el inicio de la desaparición de la sociedad robot, el renacer de la humanidad está en manos de esa niña y en la aleatoriedad de la fecundación a la que va a ser sometida a la fuerza. Una historia terrible. Me ha gustado.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, un abrazo.
Muchas gracias Carles. Me alegra que te haya gustado. Como bien dices, es una historia terrible, en la que los androides han heredado lo peor de los humanos. Su última maniobra, al intentar repoblar el nuevo planeta con los descendientes de la niña que encontraron en la Tierra no persigue otro fin que el de utilizarles como esclavos para que encuentren el mineral con el que seguir recargando sus baterías y reciclando y sustituyendo a sus ejemplares obsoletos. También les utilizarían como carne de cañón en sus enfrentamientos con los androides del bloque rival, porque sin duda producir humanos les saldría más económico que producir nuevos androides. Y ellos no necesitarían baterías para mantenerse activos, les bastaría con alimentarse de los vegetales y animales que había en abundancia en el nuevo planeta. Pero algo falló en sus predicciones, al descubrirles los humanos su punto débil: sus componentes fallaban en la nueva atmósfera y esa circunstancia, combinada con el sabotaje a que fueron sometidos por los humanos, les llevó a su aniquilación.
EliminarUn fuerte abrazo.
Toda una saga entre humanos y máquinas, con su fondo de crítica social, y muy bien relatado. Tiene un tono frío acorde a lo que se describe que pone los pelos de punta sólo con imaginarlo.
ResponderEliminarBuena historia.
Un abrazo
Muchas gracias Maite. Sí que pone los pelos de punta, sí. Pero muchas de las situaciones que se viven en distintas partes del mundo cada día también son escalofriantes. Lo que ocurre es que, si no nos toca de cerca, nos limitamos a ignorar la angustia, la desolación y el desamparo en el que se hallan muchas personas. Basta pensar en Ucrania para hacernos una ligera idea del infierno en el que están viviendo demasiadas familias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy bueno. Para reflexionar, aparte del disfrute de la literatura. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Guille. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
Destaco la complejidad del mundo tan fantástico que has imaginado. Muy conseguido , con las facciones enfrentadas , lo que hace que nos situemos en el contexto del relato. Luego , el giro final también me gustó. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, Pedro. Me alegra que te haya gustado.
EliminarMe costaba imaginar un mundo gobernado por androides en el que todos fuesen a una. Si son un producto de los humanos, no pueden dejar de contradecirse ni de enfrentarse entre ellos. Y en medio de ese fuego cruzado, los humanos intentando sobrevivir.
Mucha suerte también para ti en el concurso.
Un abrazo.
Hola Estrella. La humanidad víctima de su propia tecnificación y los robots cogiendo el relevo, haciéndose cargo del planeta y esclavizando a los seres humanos en su propio beneficio. Es un universo con cierto paralelismo con Terminator, en el que las maquinas toman el control del planeta. Triste futuro le espera a esa niña cuya unica funcion es procrear, aunque por lo visto se ha convertido en nuestra última esperanza. Suerte en el Tintero, un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge. Sin duda es un relato que muestra un mundo desolador, pero desgraciadamente, hacia él nos está conduciendo la dirección que hemos tomado los humanos en las últimas décadas. Confío que no lleguemos a los extremos que se llega en el relato, que sepamos ponerle freno antes de que se desate ese infierno.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Estrella, por participar en la 34ª edición del concurso de relatos de El Tintero de oro, homenaje a Philip K. Dick.
ResponderEliminar¡Un abrazo y mucha suerte!
Gracias a ti, Pepe, por proponernos este nuevo reto.
EliminarUn abrazo.
La imagen de los pobres niños trabajando en las minas de litio es muy impactante! Genial relato! Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarGracias por leerlo y comentarlo Marifelita. Esa imagen tan impactante se da en muchos rincones del continente africano, donde utilizan a los niños en las minas para extraer el coltán que luego se utiliza para fabricar móviles.
EliminarUn fuerte abrazo.
Para cargarnos el planeta ya estamos comprobando que no necesitamos ayuda de ingenios metálicos inteligentes. Nos bastamos nosotyros mismos.
ResponderEliminarEn todo caso he empezado a leer tru relato rememorando a la saga "Terminator" y según avanzaba, como una recreación del "Génesis" biblico donde una mujer primigenia empieza a poblar una tierra hasta ahora libre de maldad.
Interesante.
Un abrazo.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, Francisco. Desde luego que, para destruir el planeta, nos bastamos nosotros solos. Llevamos la guerra y la destrucción en los genes, por eso no hemos dejado nunca de liarla en cualquier época que nos ha precedido y todo apunta a que no cambiaremos de actitud. Tal vez por eso la inteligencia artificial que hemos desarrollado no puede estar exenta de nuestros peores defectos.
EliminarUn abrazo.
Un relato buenisimo Estrella suerte en el concurso. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainhoa.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Estrella. Un relato de ciencia ficción que resulta real como la vida misma. . Me ha gustado el final con una EVA que será la creadora de la nueva vida y donde a Adán no se le espera. Estupendo relato bien trabado y narrado. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Isan. Me alegra que te haya gustado. Si la primera Eva, según el Génesis, surgió de una costilla de Adán, ¿por qué no iban a surgir los hombres de la segunda era humana a partir de la única superviviente mujer del devastado planeta Tierra?
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Estrella. Al final los androides se comportan como humanos y esa es su perdición. En el momento en que se dividen en dos grupos para guerrear y gastar los recursos en más soldados tienen su final más cerca. Y encima tenemos a esa niña, madre de futuros humanos. En definitiva, un buen trabajo.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
Muchas gracias Bruno. Me alegra que te haya gustado. Eso de divide y vencerás no siempre se cumple a largo plazo. Ante un problema serio, que afecta a toda la población, sea humana o androide, la estrategia inteligente es la unión, no la división. Uniendo fuerzas podemos superar cualquier problema. Dividiéndonos sólo conseguimos perpetuar el problema y crear problemas nuevos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Estrella, menudo relato distópico has creado. Inquieta y mucho. Esos androides se parecen tanto a sus creadores. Interesante porque pones de relieve las necesidades que tendrían en caso de emanciparse de los humanos, creo que nunca me había puesto a pensar en que requerirían "cosas" y mano de obra para seguir funcionando. Enhorabuena por tu relato y suerte en El Tintero.
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Por leerlo y comentarlo. Me alegra mucho que te haya gustado. Nos quejamos mucho del impacto que los humanos provocamos en los ecosistemas del planeta. Nuestras frenéticas formas de vida, nuestros hábitos de consumo y nuestra manía de viajar y de comprarlo todo por internet nos están poniendo contra las cuerdas y agotando los recursos de que disponemos. Pero los robots no son la solución. Ellos no comen, pero tienen una vida limitada a lo que aguanten sus baterías y sus circuitos. Para reponer sus piezas, actualizar sus sistemas o reemplazarles cuando se quedan obsoletos, se requiere de minerales y de energía. Un mundo poblado enteramente por androides correría los mismos riesgos que el mundo poblado por sistemas biológicos: si se sobreexplotan los campos de cultivo y las minas, ¿de dónde sacaremos las materias primas para seguir alimentándonos o mantenernos conectados?
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Estrella. Muy interesante tu propuesta donde humanos y androides se van exterminando mutuamente y alternativamente. Es cierto que la historia es cíclica y tu relato lo muestra al cien por cien. Me ha gustado mucho tu enfoque.
ResponderEliminarSuerte en el reto!
Muchas gracias MJ Ruiz. Me alegra que te haya gustado el enfoque del relato. Dicen que, quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Qué triste que tantas veces sólo se nos contagie y sólo seamos capaces de contagiar lo peor de nosotros mismos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una lucha a vida o muerte. La devastación de la tierra, la exterminación de los seres humanos por parte de esos androides que un día fueron creados para servirles y que se sublevaron exigiendo y logrando la independencia. El resultado no podía ser más devastador, pero parece que al final los planes para repoblar su nuevo planeta con humanos engendrados por inseminación artificial los llevará a su propia extrinción. Un final esperanzador para una situación apocalíptica. Ojalá los nuevos humanos no vuelvan a cometer los mismos errores. Ya se sabe que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, je, je.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Josep Mª, por leerlo y comentarlo. Como bien dices, ojalá los nuevos humanos no vuelvan a cometer los mismos errores, pero sabemos de antemano que somos los únicos animales capaces de tropezar, no ya dos veces, sino las que se precien, con la misma piedra. Suerte que también tenemos una parte buena.
EliminarUn fuerte abrazo.
El futuro DA MIEDO, toda esta tecnologia no llevara a la extincion.... yo me habia puesto a estudiar robotica, pero veo que es un error, asi que hoy queme todos mis libros de tecnologia.... no quiero ser parte de la caida del ser humano.
ResponderEliminarMuchas gracias José. Por leerlo y comentarlo. El futuro siempre ha dado miedo, pero de momento aquí seguimos. En el último momento, siempre nos sacamos un as de la manga y nos salvamos por la campana.
EliminarUn abrazo.
Muy buen relato, con ese futuro catastrófico donde los robots se harán fuertes y tomaran el poder.
ResponderEliminarUn abrazo Estrella
Puri
Muchas gracias por leerlo y comentarlo Puri.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Estrella! Terrible futuro el que le espera a esa niña que será utilizada únicamente como incubadora humana para repoblar el planeta. Al menos sabemos que los responsables obtendrán su merecido cuando los futuros hijos de esta niña los destruyan. Un saludo y suerte en el concurso.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo Rocío. Sin duda es terrible el futuro que le espera a esa niña, pero en cualquier época de las que hemos dejado atrás e incluso en nuestros días, para muchas niñas el presente y el futuro que se han encontrado ha sido igual de terrible. Los humanos no dejamos de tropezar mil veces con las mismas piedras.
EliminarUn abrazo.
Hola, Estrella. Con lo feo que nos has ido pintando el futuro en tu historia ya no albergaba esperanza de un cambio o, al menos, una victoria parcial a esa esclavitud. Bueno, al final, el espíritu rebelde humano dio su fruto y en ese nuevo planeta parece que se harán fuertes al serles más hostil a las máquinas que a ellos.
ResponderEliminarSaludos y suerte. 🎄🎅🥂🖐️
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, JM Vanjav.
EliminarDicen que siempre acaba saliendo el sol después de las tormentas. Aquí no podía ser menos.
Un abrazo.
Hola, definitivamente la pero parte de los androides es esa parte "andro" que les hace cometer los mismos errores que la humanidad a repetido durante toda su historia... excelente relato que, a pesar de todo, termina en esperanza... saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo Octavio. Me alegra que te haya gustado el relato.
EliminarUn abrazo.
Hola, Estrella. Me ha gustado mucho tu relato distópico, donde los androides están a punto de eliminar a los humanos, a excepción de esa niña que, curiosamente, encierra el germen de la destrucción de aquellos. ¡Menuda vuelta a la tortilla! Mucha suerte en el concurso y un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo Beri. Me alegra que te haya gustado. Nunca se puede dar nada por hecho cuando hay humanos de por medio, pues hasta el último momento, la situación puede darse la vuelta y sorprendernos con lo que menos esperamos.
EliminarUn abrazo.
Hola, Estrella. Toda una crónica de la decadencia de la humanidad incluida las "criaturas" ideadas y la destrucción de los recursos para poder sobrevivir. Terrorífico, desde luego. ¡Vaya tela!
ResponderEliminarNos queda la esperanza.
Muchas gracias por leerlo y comentarlo, Tara. La esperanza es lo último que se pierde y, mientras estemos vivos, tendremos un motivo para conservarla. Un abrazo.
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